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martes, junio 27, 2006

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Las cosas con Raffo estaban medio picantes, en realidad. No podía dejar de emocionarme cada vez que lo hallaba en el msn y terminábamos enfrascados en envíos y re-envíos de piropos y frases de doble sentido, amén de lo disforzados de los íconos.

Mas, en vivo, las cosas eran distintas. Creo que aún me costaba afrontar esta nueva situación sin dejar de sentirme mal. En las dos citas siguientes parecía que me había esforzado por mantenerme ecuánime y rígido, sonriendo sólo para tomarme un pésimo retrato instantáneo.

La tercera vez que salimos juntos, fuimos de antro, y con toda la colla. En el antro las cosas no fueron muy distintas. Incluso bailé con desgano, y trataba de no pegarme tanto con Raffo. Luego me pasé la noche entera conversando con Martín, muertos de risa y afectaciones superficiales. A veces soy tan extraño.

Estoy confundido, lo sé. Raffo, lo admito, me gusta mucho. Raffo me perturba la mente, me inquieta su presencia, me intriga su silencio, me desquician sus pausas, y al final me desconciertan sus palabras... Siento que debería creerle pero, al igual que con todos los chicos con los que me he involucrado, necesito grandes pruebas de su afecto para poder confiar en ellos. No quiero jugar con fuego, quizá sea tiempo de hacer las cosas bien. Sería fácil divertirme y pasarla bien, pero si al final termino quemado... Y Gabriel?

Pasaron tres días y no pude hablar con Raffo. No lo encontré en el msn, siquiera. Enpezaba a pensar que quizá Raffo estaba frikeado por lo del antro. Por otro lado, tenía a Gabriel llamándome al celular. Y cada vez que oía su vocecita y su risita me emocionaba. Y cuando colgaba me sentía perdidamente enamorado de él. Y me sentía fatal.

Raffo reapareció de la nada al cuarto día. Llegó a mi casa de improviso. Estaba lindo, no puedo negarlo. Le quedan geniales los azules y celestes. Me sorprendió su visita, pero también me alegró ya que Raffo es medio pausado, pero igual es muy divertido conversar con él mientras miras su cara de niño-castor queriendo absorverlo todo.

Nos fuimos a mi salita.

- oye M, has estado bien...

- Si, creo qe sí... porqué, ah?

- Es que no sé, a veces te pones medio eufórico, y luego estás impasible...

- jajajaja... lo mismo podría decir de ti, Raffo... te lo juro...

- En serio?

- Claro, a veces

- Pero tú eres diferente, pues...

- ...

- Parece que siempre estás contento, pero también que siempre estás triste...

- ...

- ...

- Es difícil de explicar...

- Está bien. entiendo.

Casi cometo el error de decirle: me gustas, Raffo, en serio. Pero estoy enamorado de otro. Pero me contuve, y me sentí mal por estar así. No tanto por Raffo o Gabriel, sino por mí. Por complicar mis asuntos afectivos con barreras por saltar, con barreras que otros deben saltar, con barreras que me niego a saltar...

Raffo me dijo que vayamos a oír música a mi Pc, de paso que me enseñaba los cambios que le había hecho a su hi5. Me la pensé, y tuve una pequeña erección al imaginarme a Raffo desabrochándose su camisa celeste. Vamos, le dije, y le sonreí como si en ese instante yo fuera el niño más bueno de universo.

Me maté de risa de los cambios de su hi5, eran demasiado gays, y en el fondo me encantaban.

- No te rías M, están bonitos, ya?

- Si, están chéveres, pero esos conejitos rosados follando son too much. pues.. jajajaja

- Pero se ven bien...

- Claro, eso sí

- ...

Volteé a mirarlo a los ojos, y el reaccionó. Me miró fijamente y quise descubrir lo que sus ojos pensaban. Él cogió mi mano, y yo temblé. Que capacidad de este chico de hacerme sentir un primerizo. Quise besarlo y comérmelo allí mismo, frente a la Pc, en mi cuarto, y que se joda el mundo entero; pero me contuve. Raffo sonrió, y volteó hacia el monitor.

Sonó el celular. Era Martín: habría reu en su casa, solo unos drinks y yerba. No quería ir y le mentí con cualquier cosa. Regresé a la Pc, y Raffo estaba leyendo unos rankings de música. Puso cualquier cosa, y yo estaba encantadísimo con su camisa celeste, qué fijación por Dios...

Como Raffo estaba apoderado de la Pc, me tiré en la cama. Él giró hacia mí y me quedé mirándolo, hablando cualquier cosa, sólo por mantener la conversa.

- Estás aburrido, si quieres me voy.

- No, Raffo, nada que ver... sólo que soy medio perezoso con este frío.

- jajajajaja

- No te burles de mí, pues...

- Nada, está bien.

 

Raffo se acercó, se sentó junto a mí, y yo miré su espalda, y sus hombros cubiertos con esa camisa celeste tan linda, y me moría por decirle que me gustaba mucho. Volteó a mirarme justo cuando Britney cantaba Breathe on me en la Pc. Rocé mi pierna con la de él a propósito. Y él se sonrío. Se recostó en la cama al lado mío. Miramos el techo blanquísimo de mi habitación, y sentí mi corazón acelerarse. Raffo volteó a mirarme. Yo seguía mirando el techo, y él cogió mi cabello. Lo miré, sus ojos estaban brillando demasiado perfectos. Puse mi mano encima de él, me abrazó poe debajo de mi cuello, nos miramos, el se acostó encima mío, nos besamos, sentí su corazón latiendo encima mío, cerré los ojos y me dejé llevar.

[ mr_eMe] ®



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